Marc Legasse handiaren euskarari buruzko gogoeta zolia, “Las Carabinas de Gastibeltza” liburuaren pasarte batean:
“Escuchando a los honorables compatriotas de mi padre, he llegado a la siguiente conclusión: el euskera es en verdad el opio de los vascos. Durante horas y horas vagan de popa a proa y luego, de repente, se juntan para hablar en su extravagante dialecto con sonoridad de torrente de las montañas. A partir de ese momento, les ocurre a todos ellos lo mismo que a mi en los benditos tiempos en que fumaba opio. Se ponen a soñar en su lengua aglutinante. Sus rostros se relajan, sus ojos brillan, su charla se hace más rápida, y si entonan un canto de su país, se muestran a todas luces, como literalmente “encantados”. Cuando Estanislada repite, en un solo de soprano, el estribillo de una melodía, yo noto con toda claridad que el euskera les droga. Dan cabezadas, cierran los ojos, modulan con la boca cerrada y “hacen un viaje” como opiómanos empedernidos. Sea cual fuere la suerte de su patria,mientras conserven el sabor del vascuence en sus labios, superarán todas las adversidades del destino. En lo más hondo de sus peores derrotas, una bocanada de euskara bastará para sacarlos a flote. Afortunado pueblo que no solo segrega su propio opio sin soltar un cuarto, sino que además se enriquece con su uso. Por un efecto inverso al de la droga, cuanto más habla vascuence este pueblo, más se despeja su conciencia. Compruebo con nostálgico orgullo semejante desafío a la ley: esta lengua prohibida y perseguida en el pais de mi padre por los enseñantes y por las autoridades de los Estados, cual dañino veneno, lejos de constituir un maléfico estupefaciente, se revela por el contrario, como el milagroso fortificante que inmuniza a perpetuidad a mis hermanos contra las temibles virus de una sociedad de cretinización mecánica."
(Confucio Kochka, euskal jatorriko kontrabandista txinatarra)